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lunes, 20 de noviembre de 2017

Episode VII: The Force Awakens.


En esta crítica de Star Wars VII: el despertar de la Fuerza tenemos que tener claro que esta entrega es un episodio y, como los buenos bestsellers, nos deja con la miel en los labios de cara al futuro de la saga, después de sus dos horas y diez minutos de metraje. Habiendo disfrutado mucho, sí, pero con ganas de más. Por cierto, solo si habéis visto la película, disfrutad de nuestra tertulia especial sobre los hechos clave del Episodio VII. ¡Cuidado, está llena de spoilers de ese film!
Quien vaya al cine esperando despejar todas sus dudas con Star Wars 7 puede sentirse un tanto decepcionado, porque tendrá que esperar un poco más para ver si todo encaja como un gran puzle sideral. Lo que sí nos cuentan es coherente, sensato y está narrado con maestría, así que, tranquilos amigos, como decía el propio Harrison Ford: "J. J. Abrams no la ha cagado para nada, ni él ni nosotros. [...] Es fundamentalmente un cine exquisito, valiente, muy fiel a la esencia de las tres primeras, a su espíritu, una gran contribución al legado de Star Wars". Y vista la película, hay que decir que suscribo cada una de sus palabras.
La epopeya de Finn y Rey no solo ha conseguido mantener en secreto algunos acontecimientos que, por más supuestos spoilers que creas haber leído, no te esperas, sino que además ha sabido manejar con guantes de seda lo que podría haber sido una auténtica bomba en manos de otro director menos centrado en su cometido. Y no hay que irse muy lejos si habéis hecho los deberes y revisado los Episodios I, II y III antes de acudir a la sala de cine...


Star Wars VII: el despertar de la Fuerza es una magnífica entrega que entronca con enorme respeto en la trilogía original obviando muchos de los problemas de la segunda (momentos valle, personajes tediosos, efectos especiales sobredimensionados, diálogos sin sentido...) y aportando también nuevos personajes, tramas frescas y consiguiendo algo tan difícil como que todo encaje visual y argumentalmente. El miedo de muchos a que la película se hubiera "disneificado" se puede ver aliviado. Hay humor, pero es el propio de la serie.
No falta ni la introducción clásica, ni las cortinillas de transición entre escenas ni, por supuesto, algunas de las señas de identidad más características de la saga ya sean personajes, naves espaciales o chascarrillos de los androides, así que es difícil echar en falta algo. Pero no solo se respira pasado sino que Abrams da un paso más allá consiguiendo generar interés por esos nuevos rostros, su pasado, sus historias y lo que está por llegar en el futuro.

El balance de acción/emoción, nostalgia/novedad y trascendencia/humor es correctísimo y es donde más se la ha jugado el guión de Lawrence Kasdan, Michael Arndt y el propio Abrams porque tenían muchos cabos que atar en Star Wars 7 antes de dar por concluido el sólido guión sobre el que se asienta el metraje.
En este sentido al fan más acérrimo de La guerra de las galaxias le encantará recuperar algunos guiños a sus películas favoritas: desde la peculiar personalidad verborreica de C-3PO hasta el dejarik holográfico del Halcón Milenario o esa suerte de reinvención de la cantina de Mos Eisley plagada de seres de toda clase y condición. Por no hablar del hilo conductor sonoro que entreteje John Williams para que fluya la historia.
En esta reseña de Star Wars Episodio VII El despertar de la Fuerza me canso de subrayar la dificultad de manejar un reparto tan coral con los personajes originales y otros tantos nuevos tanto en el bando de la Resistencia como en el de la Primera Orden porque hay encaje de bolillos para que todos tengan su función en los engranajes de la trama y funcionen además a nivel individual como un primer esbozo (qué duda cabe de que esto no ha sido más que una presentación).
En el apartado visual de Star Wars 7 es reconfortante que tanto el uso de los efectos especiales digitales como el de los más artesanales (maquillaje, prótesis y máscaras) esté al servicio de la historia y no viceversa y que se haya buscado fortalecer los vínculos estilísticos con la fuente de la que dimana la cinta: el director de fotografía Dan Mindel saca un increíble partido al neón pero también a los espacios naturales que han servido de localizaciones de rodaje y que resultan vibrantes gracias al 3D. Muy disfrutables los desiertos de Jakku con sus lamidas dunas desérticas, los paisajes nevados en los que las espadas láser funden el hielo o los verdes paisajes en los que se abren caminos que llevan a las respuestas que tanto anhela el espectador. Y hasta aquí puedo leer.


Solo un apunte más respecto al trabajo de dirección de actores en Star Wars VII: el despertar de la Fuerza: es verdad que Daisy Ridley comentó en su día que Abrams le había dado caña para sacar de ella una buena interpretación, pero hay que decir que ha merecido la pena. Y como con ella, con el resto del reparto, mención especial para Adam Driver, Oscar Isaac y John Boyega que destacan a veces incluso superando la intensidad dramática de la vieja guardia ya sea en la expresión de la camaradería o de la confrontación. Aquí tenéis una guía de todos los personajes.
Laureles para BB-8 que te roba el corazón desde el primer minuto y tiene una increíble variedad de registros a pesar de tener un diseño relativamente sencillo: es fácil comprenderlo y empatizar con él a pesar de que su lenguaje sea ininteligible. Chapeau.

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