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viernes, 24 de noviembre de 2017

Star Wars Battlefront 2
  
Si bien esta nueva entrega del famoso videojuego, basado en el universo de "La guerra de las galaxias", pretendía ser un acierto, remendando los errores cometidos por EA en el fracaso de Star Wars Battlefront sacado en 2015. Esto no ha sido ni muchísimo menos lo que ha pasado, si no que ha recibido un aluvión de críticas sin haber salido siquiera al mercado.
La causa de el descontento de los jugadores es debido al sistema interno de créditos del juego, por el cual tenías que conseguir 60.000 créditos para conseguir personajes icónicos como Darth Vader o Luke, teniendo que invertir 40 horas en desbloquearlos ahorrando todos  créditos. Esto ya supone un problema, pero el colmo viene con la introducción de un sistema de pago en dinero real para obtener créditos, y aun así no poder conseguir los personajes más famosos gastándo 80 euros.
En ese momento un usuario de reddit comenzó a crear un hilo quejándose de lo sucedido, al cual respondió Electronic Arts asegurando que el único objetivo del sistema era hacer que los jugadores se sintieran más realizados y darles objetivos a conseguir. En ese momento, la comunidad de reddit comenzó a quejarse, convirtiendo esta respuesta en el comentario de reddit con mayor puntuación negativa. Ante esta reacción EA dio un paso atrás y cambio el tiempo para conseguir los personajes a 10 horas aunque podría ser más por un sistema que reduce los créditos ganados en el modo arcade, Así que tenemos una medida que llega tarde y más elementos molestos en el interior del juego.

Esta estrategia se parece extrañamente a la usada en el primer Battlefront sacado por EA en el que si querías tener más personajes (incluía realmente pocos en comparación a sus predecesores) o simplemente no jugar en los 5 mapas que incluía el juego solamente tenías que comprar los DLC. Al eliminar de la segunda entrega el sistema de contenido descargable se hacía "necesaria" la inclusión de un nuevo sistema para obtener dinero, porque obviamente los 70 euros que pagas para obtenerlo el día de salida no es suficiente. El nuevo sistema que eligen no es ni más ni menos que el incluido en la gran mayoría de los videojuegos actuales como es la moneda virtual, el método por excelencia. Si bien podría parecer buena idea a primera instancia, que tengas que pagar por un personaje lo mismo o más que por el juego completo no lo es ni mucho menos.
En conclusión, la posibilidad de EA de redimirse y crear un juego bueno que gustara al público se les escapa de las manos cómo si de granos de arena se tratara, con una salida accidentada la posibilidades de éxito se reducen cada vez más.


miércoles, 22 de noviembre de 2017

Star Wars: Rogue One. A Star Wars Story.


Rogue One: una historia de Star Wars (Rogue One: A Star Wars Story) llegó a los cines el 15 de diciembre de 2016. Las comparaciones son odiosas, pero, evidentemente debido a su proximidad con el lanzamiento de Star Wars Episodio VII: el despertar de la Fuerza la mayoría de vosotros os preguntaréis si es, en conjunto, superior o inferior a la película de Abrams.



Mi visión personal respecto a esta cuestión es que el Episodio VII le gustará más al público general porque así fue concebida mientras que el público más warsie se encontrará mucho más cómodo con Rogue One. Me explico: es una película muy diferente a todo lo que hemos visto hasta ahora si bien se muestra muy respetuosa respecto a la trilogía original recogiendo su esencia de forma muy coherente. Me refiero a la inserción de efectos especiales, a la acción, la concepción de la puesta en escena, los personajes que pueblan la cinta y el tono general, que, eso sí, ha perdido esa inocencia por completo.
Se trata de un episodio puntual, autoconclusivo, con un arco muy definido y quizás demasiado inflado pero que no deja de ser una gozada como experiencia audiovisual. Aquí os doy más pistas antes de entrar en la crítica de lleno:

¿De qué trata Rogue One?

Como decíamos, para situarnos cronológicamente en Rogue One: una historia de Star Wars estamos entre el Episodio III y el IV de la saga Star Wars. El Imperio Galáctico ha terminado de construir el arma más poderosa de todas, la Estrella de la Muerte, pero un grupo de rebeldes decide realizar una misión de muy alto riesgo: apropiarse de los planos de dicha estación antes de que entre en operaciones, mientras se enfrentan también al poderoso Lord Sith conocido como Darth Vader, discípulo del despiadado Emperador Palpatine y sus secuaces Moff Tarkin y Orson Krennic.
Nuestra protagonista femenina, Jyn Erso (Felicity Jones) no es en esta ocasión tan protagonista como Rey, con la que guarda grandes similitudes, en el Episodio VII si bien es la catalizadora de la hazaña de la Alianza Rebelde. 

La guerra no es un juego

El tono de Rogue One: una historia de Star Wars es decididamente más oscuro y adulto que el de cualquiera de las películas precedentes. Nuestros héroes, un numeroso grupo de valientes, tienen una faceta bastante cuestionable, en especial el personaje de Cassian con el que es más difícil empatizar.
Creo que el mayor valor de esta cinta es de no mostrar la guerra como algo infantil ni a sus bandos como simples "buenos" y "malos". Está claro que Darth Vader es la encarnación del mal en estado puro y uno de los más sólidos villanos de la Historia del Cine; pero aquí los buenos tienen sus particularidades también puesto que todos han cometido acciones indeseables en pro de la causa. Jyn Erso personifica ese desencanto hacia las banderas que se enarbolan y es la esencia pura de la rebeldía, encabezando una fuerza rebelde dentro de la fuerza rebelde, guiada solo por la esperanza.

¿Qué se echa el falta?

El androide K-2SO es quizás el primero en llegar a la saga que es del todo irreverente y mantiene un pique simpático con Jyn Erso, siendo el único subterfugio para que el sentido del humor se cuele en la película. El espactáculo es de primera categoría pero apenas nos deja respirar en ese sentido.
Siendo rupturista en algunos aspectos, y no me refiero solo al hecho de que no cuente con los créditos iniciales de los episodios ordinarios en los que se resume el punto de partida de la película, también se echa en falta un montaje más definido en ocasiones. Se recalcan algunas ideas en exceso y hay personajes clavados a otros que ya conocíamos. Chirrut Inwe es uno de los más molones, con Donnie Yen ejecutando coreografías impresionantes, para que lo vamos a negar, pero es el Zatoichi de Star Wars, para que os hagáis una idea.
Con una película de dos horas y diez minutos, aproximadamente, podríamos haber obtenido algo más de información sobre ciertos personajes clave. Saw Gerrera (Forrest Whitaker) sigue quedándose desdibujado tras el visionado y Galen Erso, con ese siempre excepcional Mads Mikkelsen, merecía más minutos en pantalla. El elenco es demasiado extenso y eso hace que la narrativa se resienta ligeramente.

                             

lunes, 20 de noviembre de 2017

Episode VII: The Force Awakens.


En esta crítica de Star Wars VII: el despertar de la Fuerza tenemos que tener claro que esta entrega es un episodio y, como los buenos bestsellers, nos deja con la miel en los labios de cara al futuro de la saga, después de sus dos horas y diez minutos de metraje. Habiendo disfrutado mucho, sí, pero con ganas de más. Por cierto, solo si habéis visto la película, disfrutad de nuestra tertulia especial sobre los hechos clave del Episodio VII. ¡Cuidado, está llena de spoilers de ese film!
Quien vaya al cine esperando despejar todas sus dudas con Star Wars 7 puede sentirse un tanto decepcionado, porque tendrá que esperar un poco más para ver si todo encaja como un gran puzle sideral. Lo que sí nos cuentan es coherente, sensato y está narrado con maestría, así que, tranquilos amigos, como decía el propio Harrison Ford: "J. J. Abrams no la ha cagado para nada, ni él ni nosotros. [...] Es fundamentalmente un cine exquisito, valiente, muy fiel a la esencia de las tres primeras, a su espíritu, una gran contribución al legado de Star Wars". Y vista la película, hay que decir que suscribo cada una de sus palabras.
La epopeya de Finn y Rey no solo ha conseguido mantener en secreto algunos acontecimientos que, por más supuestos spoilers que creas haber leído, no te esperas, sino que además ha sabido manejar con guantes de seda lo que podría haber sido una auténtica bomba en manos de otro director menos centrado en su cometido. Y no hay que irse muy lejos si habéis hecho los deberes y revisado los Episodios I, II y III antes de acudir a la sala de cine...


Star Wars VII: el despertar de la Fuerza es una magnífica entrega que entronca con enorme respeto en la trilogía original obviando muchos de los problemas de la segunda (momentos valle, personajes tediosos, efectos especiales sobredimensionados, diálogos sin sentido...) y aportando también nuevos personajes, tramas frescas y consiguiendo algo tan difícil como que todo encaje visual y argumentalmente. El miedo de muchos a que la película se hubiera "disneificado" se puede ver aliviado. Hay humor, pero es el propio de la serie.
No falta ni la introducción clásica, ni las cortinillas de transición entre escenas ni, por supuesto, algunas de las señas de identidad más características de la saga ya sean personajes, naves espaciales o chascarrillos de los androides, así que es difícil echar en falta algo. Pero no solo se respira pasado sino que Abrams da un paso más allá consiguiendo generar interés por esos nuevos rostros, su pasado, sus historias y lo que está por llegar en el futuro.

El balance de acción/emoción, nostalgia/novedad y trascendencia/humor es correctísimo y es donde más se la ha jugado el guión de Lawrence Kasdan, Michael Arndt y el propio Abrams porque tenían muchos cabos que atar en Star Wars 7 antes de dar por concluido el sólido guión sobre el que se asienta el metraje.
En este sentido al fan más acérrimo de La guerra de las galaxias le encantará recuperar algunos guiños a sus películas favoritas: desde la peculiar personalidad verborreica de C-3PO hasta el dejarik holográfico del Halcón Milenario o esa suerte de reinvención de la cantina de Mos Eisley plagada de seres de toda clase y condición. Por no hablar del hilo conductor sonoro que entreteje John Williams para que fluya la historia.
En esta reseña de Star Wars Episodio VII El despertar de la Fuerza me canso de subrayar la dificultad de manejar un reparto tan coral con los personajes originales y otros tantos nuevos tanto en el bando de la Resistencia como en el de la Primera Orden porque hay encaje de bolillos para que todos tengan su función en los engranajes de la trama y funcionen además a nivel individual como un primer esbozo (qué duda cabe de que esto no ha sido más que una presentación).
En el apartado visual de Star Wars 7 es reconfortante que tanto el uso de los efectos especiales digitales como el de los más artesanales (maquillaje, prótesis y máscaras) esté al servicio de la historia y no viceversa y que se haya buscado fortalecer los vínculos estilísticos con la fuente de la que dimana la cinta: el director de fotografía Dan Mindel saca un increíble partido al neón pero también a los espacios naturales que han servido de localizaciones de rodaje y que resultan vibrantes gracias al 3D. Muy disfrutables los desiertos de Jakku con sus lamidas dunas desérticas, los paisajes nevados en los que las espadas láser funden el hielo o los verdes paisajes en los que se abren caminos que llevan a las respuestas que tanto anhela el espectador. Y hasta aquí puedo leer.


Solo un apunte más respecto al trabajo de dirección de actores en Star Wars VII: el despertar de la Fuerza: es verdad que Daisy Ridley comentó en su día que Abrams le había dado caña para sacar de ella una buena interpretación, pero hay que decir que ha merecido la pena. Y como con ella, con el resto del reparto, mención especial para Adam Driver, Oscar Isaac y John Boyega que destacan a veces incluso superando la intensidad dramática de la vieja guardia ya sea en la expresión de la camaradería o de la confrontación. Aquí tenéis una guía de todos los personajes.
Laureles para BB-8 que te roba el corazón desde el primer minuto y tiene una increíble variedad de registros a pesar de tener un diseño relativamente sencillo: es fácil comprenderlo y empatizar con él a pesar de que su lenguaje sea ininteligible. Chapeau.
Episode VI: Return of the Jedi.

Con “El retorno del Jedi”, el director Richard Marquand retoma la historia empezada en “El Imperio contraataca” (Irvin Kershner, 1980), con Luke, Leia Organa (Carrie Fisher), Chewbacca (Peter Mayhew) y Lando Calrissian (Billy Dee Williams) en una misión para rescatar a Han Solo (Harrison Ford) de las garras del lord del crimen Jabba el Hutt. Por otra parte, el Imperio Galáctico ha vuelto a construir una nueva Estrella de la Muerte con la que pretenden aniquilar de una vez por todas a la Alianza Rebelde, y para asegurarse de ello Darth Vader supervisará la construcción de la estación espacial junto al Emperador (Ian McDiarmid). En esta ocasión, el sentido de la aventura vuelve a primar por encima del drama y nos encontramos con una producción en la que predomina la presentación de cuantas más criaturas extravagantes por encima de los personajes, y en la que un tono ligero se sobrepone a una película cuya historia principal esta bañada por un manto fatalista. Para muchos, la franquicia de Star Wars murió con el estreno de “Star Wars: Episodio I – La amenaza fantasma” (George Lucas, 1999), y para otros esto sucedió directamente con “El retorno del Jedi”, cuando las intenciones empresariales de Lucas empezaban a ponerse por encima de las cinéfilas. Y es muy comprensible dado el cambio de tono (e intenciones) con respecto a “El Imperio contraataca”, película que terminaba con una nota pesimista. “El retorno del Jedi” es, en definitiva, una película para niños con pequeñas dosis trágicas guardadas para una confrontación final con unos niveles dramáticos que llegan francamente tarde, hecho que se agrava al venir precedido por un primer acto innecesariamente largo; y un segundo acto irregular. Sin embargo, la película encuentra su éxito en una aventura que nunca aburre, varios momentos memorables, un último tercio espectacular, unos actores y personajes que, según cual mejor o peor caracterizados, perduran hoy en día como unos de los más emblemáticos que ha ofrecido el cine; y todo ello viene acompañado además por unos rompedores efectos especiales y una espléndida banda sonora del maestro John Williams.
Episode V: The Empire Strikes Back.

El Imperio Contraataca es la mejor demostración de que no es cierto aquello de "segundas partes nunca fueron buenas". De hecho, la película de 1980 supera a La guerra de las galaxia. Y hay que reconocer que parte de una decisión muy complicada: George Lucas cedió el testigo de la dirección a Irvin Kershner (que no contaba con ningún título importante en su filmografía) lo que le permitió centrarse en otros aspectos: cuidar la integridad de su universo, mejorar los efectos especiales y, sobre todo, darle un giro argumental más oscuro, y creíble.
Es muy fácil saber lo que funciona en El Imperio Contraataca. La película recupera todo lo que tenía la primera entrega y lo engrandece. Partimos de la amenaza del imperio, y ya no se trata de un montón de soldados "patosos" que sólo son capaces de aniquilar jawas. Ahora vemos a tropas especiales (como los snowtroopers, que combaten en terreno helado) con apoyo de la artillería y bajo el mando directo de Darth Vader; se acabaron el gobernador Tarkin y los oficiales que ponían en duda su autoridad. Así, presenciamos la primera derrota de la Alianza Rebelde en Hoth (sin contar la destrucción de Alderaan) y tenemos la sensación de que "de verdad" son una amenaza para la galaxia. Pero eso no es suficiente, y la historia nos presenta nuevas amenazas: el wampa que casi se merienda a Luke Skywalker, los cazarrecompensas Dengar, IG88, Bossk, Zuckuss y Boba Fett, la traición del contrabandista Lando Calrissian o el gusano espacial. 

La Alianza también aparece retratada como un ejército, con instalaciones militares, rangos, armamento pesado... por fin La guerra de las galaxias es una guerra. Y no es de extrañar, entonces, que presenciemos boquiabiertos la batalla de Hoth, con unas dimensiones y crudeza -no hay ewoks ni gungan de por medio- que no se volvería a ver en Star Wars.
La guerra no le hace a uno grandioso
Quizá en la primera película el poder de los Jedi y todo lo relativo a la Fuerza queda un poco difuso. Las explicaciones de Ben Kenobi y un par de momentos de lucidez de Luke Skywalker no son suficiente para entender la magnitud de esta energía, ni el poder del Reverso Tenebroso. Por eso la secuencia de Dagobah, que por cierto es el hogar de uno de los personajes más grandes (sólo en carisma y sabiduría) de la historia del cine, tiene tanto peso. Yoda es otro símbolo de la saga. El pequeño alienígena -controlado por Frank Oz- tiene las mejores frases de todo el guión, y su forma de hablar alterando el orden de las palabras causó un enorme impacto. Es el maestro perfecto: estricto, observador, comprensivo... y el principal culpable de que Luke Skywalker deje de ser un granjero de humedad para convertirse en un guerrero legendario. Desde el primer momento en que aparece en pantalla, olvidamos que se trata de una marioneta y asumimos que se trata de un personaje "vivo".


Mientras Luke y R2D2 descubren los senderos de la Fuerza, Han Solo y la tripulación del Halcón Milenario atraviesan un campo de asteroides y burlan la vigilancia de las nave imperiales. De nuevo, la película nos muestra un acercamiento más "real" en que el Halcón es mucho más vulnerable que en La Guerra de las Galaxias, y Solo demuestra por qué es tan buen piloto (con el motor de hiperespacio desconectado). Hay dos ingredientes adicionales que elevan aún más esta secuencia: la aparición deBoba Fett (de quien George Lucas ha confirmado que sigue vivo) y la primera secuencia romántica entre Han y la princesa Leia, que tienen mucha más química que en la película anterior. Pero lo mejor de la película estaba por llegar...
Yo soy tu padre
Bespin, la ciudad nube. Un lugar "extraño" en la saga tanto por su ubicación, como por su arquitectura, e incluso la iluminación pastel, que contrasta con el resto de la película. Un lugar que nos hizo sentirnos incómodos desde el primer instante, cuando vimos a Han desconfiar de su "amigo" Lando... y un lugar perfecto para marcar otro hito en la historia del cine. Atención spoiler: el hecho de que Lucas convirtiese a Vader en el padre de Luke es el giro dramático definitivo. No sólo le da sentido a toda la saga, sino que crea un vacío en los corazones de la audiencia, que en ese instante se sienten identificados con el héroe y también gritan "no es verdad". Esta conversación es el colofón perfecto a un combate con sables láser mucho más épico y dinámico que el duelo de Obi Wan y Vader, y el enésimo punto en que la secuela supera al original (aquí también se demuestra un mayor dominio de los efectos especiales).


La audiencia no está acostumbrada a los finales "malos" en el cine de aventuras, y aún menos en 1980. Lucas fue un osado dejando la historia a medias con Han Solo congelado en carbonita en manos de Boba Fett, Luke manco y desolado por su reciente descubrimiento, y Chewbacca junto a Lando, a bordo del Halcón Milenario, con rumbo desconocido (hasta que se escribió Sombras del Imperio). Y vaya si funcionó... los espectadores acudirían en masa tres años después para conocer el desenlace en El Retorno del Jedi. 
Al contrario que ocurrió con la primera y la tercera películas, en que había cambios sustanciales, en el caso del Imperio Contraataca, los cambios de la edición especial y de la versión DVD son pequeños y mejoran el resultado final. La secuencia del Wampa se ha restaurado -ya no se ve el brazo del marionetista- y se ha alargado unos segundos, y también se cambió la cara original del emperador Palpatine por la de Ian McDarmid, el actor que lo interpretaría en los demás episodios de la saga (aquí abajo podéis comparar ambos). Sin embargo, el diálogo es el mismo y no cambia el espíritu de los personajes. También se alargó la llegada a Bespin para "lucir" una nueva ciudad, con planos digitales más espectaculares.
En definitiva, El Imperio Contraataca es la mejor película de la mejor saga de ciencia ficción. Hace un uso más inteligente de los efectos especiales (que eran impecables en su momento) y retrata unos personajes complejos, sometidos a situaciones límite. Nos sumerge en una guerra más dolorosa que las demás Star Wars (con la excepción de la Orden 66 en La Venganza de los Sith) y resulta más adulta y contundente. Pero si queréis saber el impacto que causó ver la cinta por primera vez, basta con que busquéis vídeos con las reacciones de los niños ante la revelación final... y a nosotros, hace mucho tiempo, nos ocurrió lo mismo.
Episode IV: A New Hope.
Luke Skywalker es un joven con ansias de aventura que vive con sus tíos en una pequeña granja del desierto de Tatooine. Tras comprar dos androides, descubrirá en uno de ellos un misterioso mensaje que le conducirá a Obi Wan Kenobi, un antiguo caballero Jedi. Juntos emprenderán un peligroso viaje con el objetivo de salvar a la galaxia.
A estas alturas no creo que se pueda decir nada de esta película que no se haya dicho ya. Se han escrito montañas de artículos y libros, por no hablar de la ingente cantidad de documentales y programas televisivos que han abordado la iconografía de esta saga. Tanto es así, tal es su influencia en el imaginario colectivo, que se hace tremendamente difícil hablar de ella como si de una simple película se tratara, así que no vamos a hacerlo.
Lo mejor será recordar por qué ‘Star Wars’ supuso un antes y un después en la historia del cine, marcando un punto de inflexión del mismo modo que lo hicieran otras grandes películas. Y la respuesta es la excelente combinación entre aventuras, acción, música y por supuesto unos revolucionarios efectos visuales. Sólo de este modo pudo darse el salto a un nuevo tipo de cine caracterizado por los grandes presupuestos y unos efectos visuales que cautivaban al público.
George Lucas es un excelente creador de mundos. Supongo que eso explica que esta película consiguiera trascender la gran pantalla a pesar de tener una historia tremendamente simple, porque la magia y el cariño que impregnan cada uno de sus fotogramas son lo que nos ha mantenido unidos a ella a pesar del paso de los años. La puesta en escena y el prodigioso diseño de producción, unido a una banda sonora que por si sola es media película, consiguió que los personajes y el maravilloso universo creado por Lucas alcanzaran una dimensión que, por aquellos años, nadie se podía ni imaginar. No es de extrañar que Industrial Light & Magic Co. haya seguido marcando la excelencia durante casi cuatro décadas y que John Williams se haya convertido probablemente en el más grande compositor de bandas sonoras.
La saga empieza con el Episodio IV en lugar de hacerlo con el primero. Pero en realidad hay poco misterio aquí, la numeración de episodios no se utilizó hasta que llegó a las pantallas ‘El imperio contraataca’ y además Lucas apenas había esbozado la trama de los tres primeros episodios. Pero a lo que iba, la historia es sencilla pero los personajes están muy bien construidos, de hecho se equilibran tan bien que son un reparto coral excelente. Por un lado el joven y ansioso Luke Skywalker interpretado por Mark Hamill, y por el otro un misterioso Obi Wan Kenobi que corre a cargo del siempre magistral Alec Guiness. La nota de humor la ponen dos androides que no necesitan presentación (RD-D2 y C3PO) y el apartado romántico llega de la mano de la princesa Leia, la malograda (en su posterior carrera) Carrie Fisher. Para completar el grupo tenemos a un joven Harrison Ford dando vida a un cazarecomensas muy pagado de sí mismo: Han Solo.

 
En el lado de los villanos tenemos al implacable Darth Vader (curiosamente estaba interpretado por David Prowse pero su voz se sustituyó por la de James Earl Jones) y a un comandante despiadado a quien da vida el inolvidable Peter Cushing. En realidad la trama se mueve por las mismas aguas que la mayoría de historias clásicas, buscando el encuentro entre el bien y el mal. Y es en este sempiterno enfrentamiento entre la luz y la oscuridad, entre la esperanza y la resignación, que la película halla sus mejores momentos. Gracias a escenas y secuencias muy logradas, como la del triturador de basuras, el encuentro en el bar con Han Solo o el asalto a la Estrella de la Muerte, se consigue un equilibrio constante entre thriller y aventura que atrapa al espectador.
Obviamente hay aspectos que con el paso de los años han pasado factura a la película, veamos algunos de ellos en esta crítica de Star Wars. Episodio IV: Una nueva esperanza: por ejemplo los poco ágiles movimientos de un Sith tan poderoso como se supone que es Darth Vader, algunos de los tiroteos espaciales que se nos antojan un poco descuidados o el hecho de que se pase de puntillas por un concepto tan desaprovechado como es “la Fuerza”. Pero en general es fascinante lo bien que se conservan los efectos visuales, siempre he creído que la clave fue utilizar detalladas miniaturas en lugar de imágenes digitales. Baste como ejemplo la primera escena de la película, con ese fondo estrellado por donde aparece repentinamente la proa de un destructor estelar, toda una declaración de intenciones por parte de Lucas y su equipo.
Pero como decía al principio, la extraordinaria música salida de la mente de John Williams es media película. Y no sólo los distintos temas que van desfilando por la pantalla, sino el modo en que son introducidos. Si esta película no hubiera contado con el genio de Williams, jamás habría alcanzado el estatus del que goza. Por encima de los personajes, de la historia y del trabajo técnico hay una serie de melodías inolvidables que, al fin y al cabo, son lo que más persiste en nuestra memoria cuando recordamos “Star Wars”.

Episode III: Revenge of the Sith.

La República se ha desmoronado por culpa de los ataques del conde Dooku. El canciller Palpatine ha sido secuestrado y Anakin y Obi-Wan son los encargados de rescatarle. Después de cumplir su misión, el ambicioso Palpatine decide nombrar a Anakin como su guardaespaldas personal. Por su parte, Obi-Wan se enfrentará al general Grievous, la cabeza visible del ejército androide separatista que pretende acabar con todos los Caballeros Jedi. Y a la vez descubrirá la verdadera identidad del canciller, y la posibilidad de que Anakin caiga en el Lado Oscuro de la Fuerza, algo que Yoda había anticipado años antes, cuando el ahora poderoso caballero era tan solo un niño. Fecha de estreno: 19 de mayo de 2005.


Nadie lo hubiera sospechado, pero resulta que George Lucas no quería terminar su majestuosa saga con una rúbrica aventurera sino con una apostilla ideológica. La venganza de los Sith no solo es la mejor de las tres precuelas galácticas, sino que, para sorpresa de fans decepcionados y cinéfilos escépticos, es una película política. No es difícil ver a George Bush detrás del Lado Oscuro de la Fuerza, convirtiendo el ejercicio del poder en un monstruoso imperialismo que devora como un virus letal la apacible democracia de los mortales. Lucas es un romántico, y justifica la conversión del Bien en Mal a través de un amor equivocado, el que siente un atormentado y ambicioso Anakin Skywalker por la frágil y embarazada Padmé. Y aunque La venganza de los Sith sigue teniendo los mismos problemas que sus inmediatas predecesoras en cuanto a dirección de actores (Hayden Christensen no está preparado para atrapar la complejidad de la mutación moral de su personaje y Natalie Portman simplemente está, estática, contemplativa ante la pantalla azul de un croma que la separa de sus emociones), en esta ocasión Lucas ha sabido cómo cargar de sentido dramático la crónica de una muerte anunciada en seis capítulos que cuentan, también, la historia de los últimos 30 años de nuestra cultura popular. La cultura de masas de una sociedad occidental que, paradojas de la vida, Lucas ha contribuido a homogeneizar como si de un perverso Sith se tratara, y que ahora demoniza transformándose en su inaudito. La venganza de los Sith asume la previsibilidad de su trama (todos sabemos que Darth Vader está al final de este camino de perdición) sacando insólito partido de una tecnología que vuelve a quedarse corta ante la megalomanía lucasiana. Esta vez no importa, porque cuando los efectos digitales no dan la talla (la escena final en el volcán) Lucas consigue transformar el defecto en el sentido homenaje a un cine de aventuras que privilegiaba la intensidad dramática por encima de la perfección técnica. Y sí, en La venganza de los Sith las secuencias de acción son intensas, quizá porque cuentan con la presencia de un villano auténtico (el canciller Palpatine, interpretado por Ian McDiarmid con lasciva perfidia); quizá porque hay actores (Ewan McGregor, Samuel L. Jackson) que por fin se creen su papel; quizá porque admiran el cine de serie B sin avergonzarse de ello, del mismo modo ingenuo y transparente que lo hacía La Guerra de las Galaxias. Siguen sin funcionar las escenas de transición, demasiado lastradas por la pomposidad de los diálogos (a pesar de la colaboración no acreditada de Tom Stoppard), y fracasan las escenas de amor, dignas de un rancio Estudio 1, pero sería injusto despreciar los logros de una película que, por fin, ha alcanzado la edad adulta. La venganza de los Sith es oscura y triste, siniestra y melancólica, un digno broche final que endulza la amarga sensación que las dos anteriores precuelas habían dejado en la memoria del espectador. Tal vez sea la reina en el país de los ciegos galácticos, pero bienvenida sea su luz, aunque sea intermitente.Para los amantes de la ciencia-ficción adulta.

Episode II: Attack of the Clones.

Tras la decepción sufrida con la demasiado insulsa 'La amenaza fantasma', George Lucas volvió a la carga con sus nueva entrega de esta saga galáctica, que siguió dividiendo tanto a los fans como a los espectadores normales. Frente al tono infantil de la primera, ahora el joven Annakin estaba más crecidito y cambiaba al niño Jake Lloyd por el aspirante a guapo oficial Hayden Christensen, con lo que se esperaba también una atmósfera más oscura y compleja, que, digámoslo claro, nunca terminó de llegar. Es cierto que se pueden encontrar argumentos e ideas más adultas, pero estas vuelven a estar dispuestas de manera demasiado simple y esquemática, sin llegar nunca a convencer.

Además, la película rompió con el habitual clasicismo de la saga, al incluir muchísimas más escenas de acción, donde predominan los efectos especiales. El componente fantástico y todo tipo de artilugios bélicos galácticos han sido el fetiche de la saga, pero siempre han tenido el protagonismo justo y en 'El ataque de los clones' se puede acabar harto de tanta acumulación, si bien alguna de ellas, como la escena del coliseo, están resueltas con brillantez. Asimismo, generó polémica el duelo entre el Conde Dooku y el mítico Yoda, uno de los momentos más esperados de la saga y en parte también muy decepcionante, porque Lucas reduce el misticismo y la sabiduría del maestro Jedi a un extraterrestre saltarín que empuña una espada láser, despertando más risas que la emoción contenida que nos ofrecía este personaje en las películas antiguas.

Episode I: The Phantom Menace.
 
 

Ambientada treinta años antes que "La guerra de las galaxias" (1977), muestra la infancia de Darth Vader, el pasado de Obi-Wan Kenobi y el resurgimiento de los Sith, los caballeros Jedi dominados por el Lado Oscuro. La Federación de Comercio ha bloqueado el pequeño planeta de Naboo, gobernado por la joven Reina Amidala; se trata de un plan ideado por Sith Darth Sidious, que, manteniéndose en el anonimato, dirige a los neimoidianos, que están al mando de la Federación. El Jedi Qui-Gon Jinn y su aprendiz Obi-Wan Kenobi convencen a Amidala para que vaya a Coruscant, la capital de la República y sede del Consejo Jedi, y trate de neutralizar esta amenaza. Pero, al intentar esquivar el bloqueo, la nave real resulta averiada, viéndose así obligada la tripulación a aterrizar en el desértico y remoto planeta de Tatooine... 
La llegada del Episodio I, dieciséis años después del estreno de 'El retorno del Jedi', una nueva película que venía a descifrar la Historia de 'La guerra de las galaxias' en su totalidad: los primeros pasos como Jedi del joven Anakin Skywalker, las Guerras Clon que dividieron la galaxia, el romance entre la Reina Amidala y Anakin (padres de Luke), la conversión de Anakin en Darth Vader y todos los etcéteras que le quiera uno poner... Lo que se esperaba entonces como un revulsivo infográfico que hiciera las delicias de los aficionados, empero, acabo por convertirse en un bluf en toda regla, y es que el brutal éxito de taquilla (tuvo unos beneficios de más de 400,000,000$) no logró enmascarar unos pobres resultados artísticos.


La plebe se rasgó las vestiduras: la historia era infantiloide, la pulcritud del píxel no lograba suplir la belleza de los FX artesanales de la saga original (será curioso ver qué Yoda prefieren los jóvenes de hoy en día: si el del disfraz verde de 'El imperio contraataca' o el generado digitalmente de 'La venganza de los Sith', el niño protagonista era insufrible, y ni entraremos en toda la polémica alrededor de JarJar Binks... En definitiva, un desastre. Parecía que George Lucas había perdido su varita mágica para concebir historias que calaran indeleblemente en el consciente colectivo. El multimillonario productor había subestimado a su público, había confundido el espíritu lúdico juvenil con la banalización de los personajes y la trama (un error que corregiría en los Episodios II y III virando su estilo hacia el barroquismo estético y la tragedia shakesperiana: tampoco funcionó), y lo que es más grave: cedió todo el poder a unos FX de última generación -buena prueba de ello es la espectacular carrera de vainas que homenajeaba a 'Ben-Hur'- por encima de un guión mínimamente creíble. 

lunes, 13 de noviembre de 2017

La Orden 66

La Orden 66, ejecutada por el canciller Palpatine/ Emperador Darth Sidious, al final de las guerras clon durante el episodio III, marca el inicio del Imperio y la caída de la República. Esta orden provocó la desaparición de la Orden Jedi, muchos de ellos asesinados por sus propios batallones, mientras que otros se exiliaron (véase Yoda o Ben Kenobi). El siguiente listado muestra las principales víctimas y exiliados:

- VÍCTIMAS:
  • Stass Allie, Saleucami.
  • Depa Billaba, Kaller.
  • Cin Drallig, Coruscant.
  • Plo Koon, Cato Neimoidia. 2º fotografía.
  • Ki-Adi-Mundi, Mygeeto. 4º fotografía. 
  • Aayla Secura, Felucia. 1º fotografía.
  • Shaak Ti, Coruscant. 3º fotografía.
  • Tiplar, Ringo Vinda.
  • Huulik, Rodia.
  • Bene, Coruscant.
  • Zett Jukassa, Coruscant.
  • Whie Malreaux, Coruscant.
- EXILIADOS:
  • Zubain Ankonori.
  • Kayce Beradun.
  • El Gran Inquisidor.
  • Kanan Jarrus.
  • Obi-Wan Kenobi.
  • Khandra.
  • Yoda.
  • Kirak Infil'a.
  • Mususiel.
  • Jocasta Nu.
  • Nuhj.
  • Octavo Hermano.
  • Quinto Hermano.
  • Séptima Hermana.
  • Sexto Hermano.
  • Ahsoka Tano.
  • Luminara Unduli.
  • Uvell.
  • Quinlan Vos.
 

lunes, 6 de noviembre de 2017

¿Qué conocemos de la próxima entrega de Star Wars?

Star Wars: The Last Jedi, o abreviadamente, Star Wars: Episodio VIII, corresponde con la octava entrega de la saga Star Wars. ¿Quién no podría conocer una saga como Star Wars? Puede que no seas fan de la saga, que disfrutes más de las historias no canon de la misma o que simplemente disfrutes del entretenimiento de esta saga. Seas o no un fan entregado al mundo Star Wars, esta nueva entrega, prevista para el 16 de diciembre de 2017 no te va a dejar indiferente.